El marketing va más allá de la creatividad: El verdadero rol del marketing

Cuando mencionas que trabajas en marketing, es habitual que las personas piensen de inmediato en comerciales de televisión, campañas llamativas o slogans pegajosos. Y aunque estos elementos forman parte del marketing, representan solo una fracción de todo lo que esta disciplina abarca. El marketing moderno es mucho más profundo, estratégico y conectado con la vida de las personas.

Más que publicidad: una disciplina centrada en el valor

Estamos rodeados de estímulos de marketing a diario. Desde una oferta en el supermercado hasta la recomendación de un producto en redes sociales, el marketing está presente, aunque muchas veces pase desapercibido. Un anuncio es apenas la punta del iceberg de un proceso que empieza mucho antes, con un propósito claro: generar valor para el consumidor y para la empresa.

El marketing se compone de una serie de procesos que buscan identificar, crear y satisfacer necesidades del mercado. Pero no se trata solo de vender: se trata de construir relaciones duraderas con los consumidores, de tal forma que estas relaciones generen lealtad hacia la marca. Esa fidelidad, a su vez, se convierte en valor para la empresa y sus grupos de interés, permitiéndole crecer y consolidarse.

Construir marcas: el verdadero activo intangible

Uno de los grandes objetivos del marketing es construir marcas poderosas. Las marcas exitosas no solo venden productos; conectan emocionalmente con las personas. Son activos intangibles que, bien gestionados, elevan el valor de una empresa y la diferencian en un mercado cada vez más competitivo.

Pero esto no ocurre por casualidad. Para lograrlo, el marketing debe partir de un conocimiento profundo del consumidor: entender quién es, qué necesita, qué desea y qué le importa. Solo así es posible diseñar soluciones que no solo resuelvan un problema, sino que también aporten beneficios emocionales como comodidad, estatus, bienestar o placer.

El marketing comienza con el consumidor, no con el producto

Una de las ideas más importantes —y a menudo mal comprendidas— es que el marketing no comienza con un producto, sino con el consumidor. Es un error común pensar que primero se fabrica algo y luego se busca cómo venderlo. En realidad, el proceso debe partir del entendimiento del mercado, para luego diseñar una oferta que se alinee con las necesidades, gustos y expectativas del público objetivo. Esa es la clave para maximizar las probabilidades de éxito.

Ahora bien, existen enfoques en los que el marketing parte desde el producto. Aunque esto es posible, no garantiza que el producto sea exitoso desde su concepción, ya que puede no responder a una necesidad real del consumidor. Este es un tema interesante que abordaremos en profundidad más adelante.

Conclusión

El marketing es mucho más que creatividad y publicidad. Es una disciplina estratégica que conecta a las empresas con sus consumidores, construye marcas, y genera valor a largo plazo. Comprender su verdadero alcance es fundamental para quienes quieren aportar desde esta profesión y para quienes buscan aprovechar su poder dentro de una organización. Porque al final del día, el marketing bien hecho no solo vende: transforma.